PRINCESS

19 de junio de 2013

Alimentación complementaria: las frutas y las verduras



Dentro de la introducción de nuevos alimentos distintos a la leche, las frutas y las verduras son unos de los primeros que se ofrecen al bebé, a partir de los seis meses.
​​​La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses del bebé. Durante el primer año, la leche es el principal alimento, pero, a partir de los seis meses, empiezan a introducirse otros alimentos.

​​​• En la alimentación del bebé a partir de los seis meses, en general, se empieza con las frutas (en puré) o con las verduras más dulces y no demasiado ricas en fibra, como las zanahorias, las patatas y los calabacines, que, normalmente, suelen ser bien aceptados por el niño.

• Es mejor añadir papillas de cereales a los primeros purés de verduras, teniendo en cuenta que deben ser sin gluten (arroz y maíz), para evitar el riesgo de falta de hierro.

• Cuando se empiezan a introducir, las papillas de frutas y los purés deben ser muy fluidos. La primera papilla puede consistir en una crema muy fina y diluida de zanahorias y patatas (hervidas o cocidas al vapor), condimentado con un poquito de aceite de oliva virgen.

• Las siguientes papillas pueden enriquecerse con otras verduras, como las judías verdes. Si no se manifiestan problemas de alergias, y al niño le gustan las verduras que se le ofrecen, se puede llegar a componer una pequeña menestra en el transcurso de unas 4 ó 5 semanas.

• La fruta se debe ofrecer finamente triturada. Para empezar, son aconsejables la manzana, la pera y el plátano. Algunas frutas estivales, como los melocotones y los albaricoques, también son una buena opción, aunque son más susceptibles.

• Durante el primer mes del destete, es suficiente con dar al niño una papilla al día, y mantener la leche para el resto de las comidas. Además, el puré de una sola verdura no es muy nutritivo y es posible que, poco después de haberlo tomado, el pequeño pida leche: no hay ninguna razón para no dársela.

• Mejor evitar añadir sal a las papillas. Con el tiempo, el niño ya tendrá la oportunidad de irla probando. De lo contrario, podría manifestar, desde muy pequeño, una mayor inclinación a los alimentos salados. 
 



Cuando tiene fiebre el bebé?

Los padres pueden asustarse mucho cuando su hijo tiene fiebre, sobre todo si es un recién nacido. Hay que recordar que la fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma, y a veces puede no ser nada grave. En el caso de los bebés muy pequeños (entre 0 y 3 meses), la fiebre es más grave y se debe acudir al médico inmediatamente cuando supera los 38°C (100.5°F).

La fiebre se produce cuando la temperatura corporal del bebé aumenta por encima de lo normal, debido a una infección, por estar demasiado abrigado, o como una reacción a las vacunas. La dentición puede provocar un poco de fiebre, pero es muy leve y no debería de superar los 37.8°C (100°F), por lo que si el bebé tiene una temperatura más alta, se deberá a otra causa.

La fiebre puede ser a veces buena, ya que es la manera en que el cuerpo combate una infección. No todos los tipos de fiebre son necesarios tratarlos, aunque cuando la fiebre es muy alta puede ser muy molesto para el bebé.

Temperatura normal del bebé y cuándo se considera fiebre

  • En los recién nacidos (de 0 a 3 meses), la temperatura rectal de 38°C (100.5°F) o más alta, se considera fiebre. Siempre toma la temperatura 2 veces para asegurarte de que es la correcta. Si el recién nacido tiene 38°C o más de temperatura, deberás de consultar con el pediatra inmediatamente, ya que podría tener una infección.
  • La temperatura oral (en la boca) normal en niños y adultos es de 37°C (98.6°F). Una temperatura oral de 37.5°C (99.5°F) es considerada por encima de lo normal.
  • La temperatura que se toma debajo de la axila es fiebre cuando supera los 37.2°C (99°F).
  • Tomada de forma rectal, el límite considerado normal es de 38°C (100.4°F).

Maneras de tomar la temperatura según la edad del bebé

Tomar la temperatura de nuestro hijo puede ser muy complicado si el niño no se deja. Hay que hacer lo posible por conseguirlo, ya que es la única manera de poder comprobar si tiene fiebre de forma fiable. Para tomar la temperatura del bebé o niño tenemos que decidir qué tipo de termómetro usar y dónde usarlo.

Existen varios tipos de termómetros: digitales, de oído, tira de plástico, chupete y de mercurio. Dependiendo de la edad de nuestro hijo, decidiremos qué tipo de termómetro usar y dónde tomar la temperatura:

  • La forma más fiable de tomar la temperatura del recién nacido es de manera rectal y con un termómetro digital. No se recomiendan los de oído.
  • De 3 meses a 4 años puede tomarse la temperatura de forma rectal o debajo de la axila con un termómetro digital, o en el conducto auditivo con un termómetro electrónico de oído. 
  • A partir de los 4 años se puede tomar la temperatura del niño de forma oral con un termómetro digital. Si el niño no se deja o le resulta molesto porque tiene la nariz taponada o tose, entonces se recomienda usar el termómetro digital debajo de la axila o el termómetro timpánico en el oído.

Cuándo tratar la fiebre

La fiebre del niño deberá de tratarse según la temperatura y el estado general del bebé. Normalmente si el bebé es mayor de 3 meses y tiene menos de 38°C (102°F), no necesita tomar medicamentos, a no ser que lo necesite para sentirse menos molesto. 

Cuando un bebé o un niño tiene fiebre, es importante observar su comportamiento. Si el niño o bebé sigue comiendo, bebiendo, jugando, sonriendo, su piel está de color normal y cuando le baja la fiebre tiene un buen aspecto, entonces seguramente no se trate de nada grave. 

Los niños de 1 año o más pueden tener fiebres muy altas, de 40°C (104°F), debido a una infección de oídos.

Si tu hijo tiene fiebre y parece muy enfermo, no quiere comer ni beber, tiene vómitos o diarrea, convulsiones, llanto continuo, dificultad para respirar, dolores fuertes, o tiene fiebre durante más de 24 horas, deberás de acudir al médico rápidamente.


11 de junio de 2013

El primer año del bebé: cada mes, una hazaña

    

El primer año de vida de tu bebé está repleto de descubrimientos. En esta etapa, empezará a comunicarse con los demás, a relacionarse con su entorno y a controlar su cuerpo. Nosotros, como padres, debemos darle todo nuestro apoyo en esta etapa y acompañarle en la aventura de crecer.

Primer mes: el bebé entra en contacto con el mundo


  • Durante las primeras semanas el bebé se adapta a su entorno de forma instintiva: mueve los ojos en la dirección de la luz, cuando escucha un ruido fuerte reacciona estirando sus bracitos y sus piernas y si se le acaricia una mejilla, gira la cabeza hacia ese lado y abre la boca (tiene una gran capacidad de succión y este reflejo le sirve para localizar el alimento).
  • El llanto es su modo de comunicarse, y el significado más habitual de sus lágrimas es "tengo hambre", seguido a distancia por "me siento solo", "tengo frío" o "tengo calor".
  • Cuando llora podemos cogerlo en brazos sin temor a malcriarle. No llora por llorar, es su forma de hablar, de comunicarse con nosotros. Lo más probable es que nos esté pidiendo algo y debemos esforzarnos por adivinar sus necesidades.

Segundo mes: sonríe a mamá


  • Ya empieza a sonreír ante los estímulos externos, como la cara de mamá.
  • Empieza a llevarse el pulgar a la boca y lo chupa, como un hábito.
  • Emite sus primeros sonidos guturales para llamar la atención de papá y mamá.
  • El bebé necesita estímulos: que le hablen, le abracen y le mimen. La presencia activa y constante de sus padres resulta crucial para ayudarle a interpretar el mundo que le rodea, sobre todo el afectivo.

Tercer mes: mueve la cabeza


  • Empieza a mostrar cierto interés por las cosas que se encuentran a su alrededor. Comienza a girarse en dirección a los ruidos.
  • Lo que más llama su atención son los estímulos visuales: le encanta mirar cosas en movimiento y de colores brillantes.
  • Empieza a balbucear.
  • Lo normal es que cierre el puño cuando se le toca la palma de la mano con un dedo. Observando este reflejo el médico puede valorar el nivel de desarrollo psicomotor que tiene el niño en los primeros meses.

Cuarto mes: controla un poco más de su cuerpo


  • El bebé ya sostiene la cabeza perfectamente y comienza a mirarse las manos, a sujetar objetos y a moverlos.
  • Ríe a menudo, muestra interés por la gente (observa con más interés las caras de quienes le sonríen) y por lo que le rodea. No le gusta que le dejen solo.
  • Es difícil fijar unos criterios exactos en el desarrollo del bebé, así que no hay que preocuparse si el niño evoluciona un poco más despacio. El pediatra es la persona más adecuada para valorarlo.

Quinto mes: los balbuceos


  • Balbucea mucho y experimenta con los sonidos que emite. Le encanta escucharse, y dice cosas como "aah", "aphu", "ngah" o "awa".
  • Sabe coger cosas y llevárselas a la boca, responde con una sonrisa a quienes le sonríen, se revuelve de alegría al ver el biberón...
  • Su humor se ve influenciado por el de los demás y se disgusta si alguien que le estaba prestando atención se marcha.
  • Los niños se sienten indefensos y esperan que sus padres les den seguridad. Necesitan que papá y mamá sean cariñosos y si ocurre algún contratiempo (como ensuciarse el pañal), lo resuelvan sin perder la calma.

Sexto mes: los primeros dientes


  • Si está boca abajo se puede incorporar completamente con algo de ayuda, y es capaz de darse la vuelta solo.
  • Avanza más en sus movimientos: coge el biberón con las manos, cambia los objetos de una mano a otra y comienza a echar los bracitos hacia delante para pedir que le cojan.
  • Suele perder el interés por las manos y comienza a mirarse y tocarse los pies y a llevárselos a la boca.
  • En su relación con el entorno, muestra clara preferencia por quienes se ocupan de él, especialmente por mamá.
  • Le empiezan a salir los dientes, generalmente los de abajo.
  • Como ya es capaz de darse la vuelta es importante no dejarlo solo tendido sobre el vestidor u otras superficies altas porque podría girarse sobre sí mismo, acercarse al borde y caer.

Séptimo mes: se mantiene sentado


  • Es una de las etapas en las que los padres observarán aprendizajes más rápidos.
  • Gracias al desarrollo de su musculatura, el bebé ya es capaz de mantenerse sentado sin apoyo.
  • Utiliza las manos con mucha más libertad y toca y manipula todo lo que está a su alcance.
  • Boca abajo consigue levantar el tronco y apoyar un brazo, y desde esa posición busca y coge los objetos que le interesan.
  • Prosigue los juegos con pies y manos y comienza a emitir no sólo consonantes sueltas, también sílabas.
  • Aunque sus palabras carezcan de significado, nuestro hijo entiende cada vez mejor lo que le decimos y quiere escucharnos, así que debemos responderle cuando nos habla.

Octavo mes: tiene miedo a los desconocidos


  • Tumbado, es capaz de darse la vuelta él solo en ambos sentidos y le encanta jugar en el suelo.
  • Empieza a manifestar claramente sus sentimientos y se muestra temeroso ante los desconocidos, incluso es normal que llore.
  • El miedo se atenúa si la persona de la que recela se aproxima despacio, llama al niño, le habla con dulzura y una vez superado el primer impacto juega con él, sin movimientos bruscos. Ofrecerle el chupete es una buena forma de romper el hielo.

Noveno mes: empieza a gatear


  • Es capaz de pasarse un objeto de una mano a otra, chupa las cosas y le encanta tirarlas al suelo para buscarlas después.
  • Puede estar sentado sin sujeción durante unos 15 minutos.
  • Algunos niños se sostienen de pie apoyándose en algo. La mayoría hacen sus primeros pinitos a cuatro patas y comienzan a gatear (algunos no gatean nunca).
  • Ya sabe masticar bastante bien.
  • Si aún no se ha decidido a gatear, podemos favorecer el aprendizaje colocándole sobre una manta y dejando a cierta distancia un objeto que le llame la atención, como su peluche favorito, para que se anime a acercarse hasta él.

Décimo mes: se pone de pie solo


  • Comienza a ponerse de pie solo, agarrándose a algún objeto.
  • Dice los primeros bisílabos: "ma-ma", "pa-pa" y "te-te".
  • Sabe saludar con la manita, imitando a quienes lo hacen.
  • Le encanta escuchar los sonidos que realiza aporreando objetos, rasgando revistas... Toca cargarse de paciencia y dejarle hacer ruido. Para su aprendizaje es muy importante la información que saca de sus propias experiencias.

Decimoprimer mes: último paso antes de andar


  • Su lenguaje corporal es ya muy significativo y es más fácil comprenderle.
  • Empieza a emitir sus primeras palabras cortas y a conocer el significado de otras como "dame", "toma esto" y "no". Cuando escucha esta última expresión con firmeza se queda parado a la expectativa.
  • Comienza a andar solo, apoyándose en los muebles y agarrado de las manos de un adulto. No hay que impacientarse porque aprenda a caminar. No es recomendable insistir en que camine si él no desea hacerlo.

Al cumplir el primer año: sale a descubrir el mundo


  • Si no ha gateado, es posible que a esta edad comience a dar los primeros pasos. Generalmente, si gatea comenzará a caminar más tarde, ya que su necesidad de explorar el mundo estará cubierta.
  • Tiene recursos para descubrir lo que le rodea: es capaz de levantarse agarrándose a algo y dar algún paso, cuando se cansa de estar de pie se deja caer, cada vez le gusta más tirar cosas al suelo, sabe beber solo y puede usar el pulgar y el índice como una pinza para coger objetos pequeños.
  • Intenta coger todo lo que encuentra en su camino. Hay que dejar fuera de su alcance los objetos cortantes y los pequeños que puede tragarse.
  • Es muy sensible a las muestras de afecto y comienza a respondernos con muestras de cariño.

Autora: Miriam Erviti.
Asesor: Dr. Juan Casado, Jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.


 
 

¿Boca arriba? ¿boca abajo?

            

Cómo acostar al niño

La imagen de un bebé durmiendo boca arriba y con los brazos y piernas abiertos y relajados nos proporciona una agradable sensación de paz, tranquilidad y ternura.
Pero hay más, esta postura, recomendada desde hace algunos años por los pediatras de todo el mundo, ha salvado la vida de muchos niños. Hasta que se descubrió que dormir boca abajo podría ser un factor más en provocar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), era muy habitual acostar al niño sobre su tripita: se creía que de esta forma expulsaba mejor los gases y, si vomitaba, se evitaba su asfixia. Cuando se comprobó que, por el contrario, eso no hacía más que aumentar el riesgo de asfixia, se recomendó cambiar la posición, al menos durante el descanso del bebé.
Según las últimas investigaciones, una anomalía en una parte del cerebro que controla la respiración, el ritmo cardiaco y el despertar podría ser la causa del SMSL. Cada año mueren por este síndrome aproximadamente siete de cada 10.000 bebés durante los primeros meses de vida. Y eso que ha descendido en más de un 50% desde que los niños duermen boca arriba

Consejos para prevenir la muerte súbita

Pero para prevenir la muerte súbita mientras el pequeño duerme, además de colocarle boca arriba, hay que tomar otras medidas:
  • Si tiene reflujo, conviene que el colchón esté elevado unos 45 grados.
  • Dentro de la cuna no debe haber juguetes.
  • Las almohadas están totalmente desaconsejadas.
  • El colchón ha de ser firme, nunca blando o demasiado mullido.
  • Es fundamental no abrigarle demasiado. Debemos evitar el exceso de ropa y temperaturas elevadas en su habitación.
  • Fumar o tomar drogas durante el embarazo y la lactancia es altamente peligroso.
  • Por último, hemos de mantener limpio el ambiente, no permitir que se fume y preparar su habitación con antelación (si se va a pintar, hacerlo al menos una o dos semanas antes de su llegada a casa).

Inconvenientes

  • Tener al bebé acostado boca arriba durante varias horas al día ha provocado un aumento importante de casos de plagiocefalia, que es la deformación del cráneo, e incluso de un lado de la cara, por una presión constante sobre la misma zona de la cabeza. Al estar tanto tiempo apoyado sobre el colchón de la cuna o el cochecito, la cabeza, sumamente blanda y con las suturas y fontanelas aún abiertas, se va deformando y aplanando poco a poco, sobre todo en la zona superior de la nuca.
  • Por eso, la posición boca arriba mientras duerme no debería mantenerse sobre un punto de apoyo fijo del cráneo, sino que de vez en cuando conviene realizar cambios de postura, alternando el giro de la cabeza hacia derecha e izquierda. El resto del día, mientras el niño esté despierto, conviene cambiarle de postura, cogerle en brazos y también colocarlo boca abajo.
  • Estar con la barriguita sobre el colchón, además de prevenir la deformación de la cabeza, es sumamente beneficioso para el desarrollo del bebé. Colocarle boca abajo algunos ratos al día le ayudará a conseguir una buena extensión de la columna. Además, podrá adquirir progresivamente el tono muscular necesario para, primero, sujetar la cabeza y, posteriormente, lograr desarrollar otras destrezas como darse la vuelta o gatear.
  • Gracias a este ejercicio continuado, a medida que vaya creciendo, el pequeño adquirirá mucha más fortaleza y coordinación en los músculos de la parte superior del cuerpo.
  • Además, desde el punto de vista sensorial, esta posición le proporciona una perspectiva diferente y completamente nueva de todo lo que le rodea. Eso sí, tiene que estar despierto y vigilado constantemente. Y otra cosa a tener en cuenta: es mejor ponerle boca abajo preferentemente antes de la toma, en especial durante los primeros meses de vida, en los que el esfuerzo que debe realizar para sostener la cabecita puede provocarle el vómito.

Acostumbrarle poco a poco

Hasta que adquiere fuerza en el cuello, el «peloteo» de la cabeza puede resultarle incómodo y provocarle el llanto al cabo de unos minutos. Por eso, especialmente en las primeras seis semanas de vida, es ideal tener otra alternativa: durante cinco minutos y varias veces al día le pondremos en la posición tummy, es decir, en brazos y mirando hacia atrás sobre el hombro de mamá o papá. De esta forma estará protegido y arrullado y, a la vez, ejercitará los músculos de la cabecita, que podrá girar de un lado a otro.
Otra postura, magnífica para esta edad, es colocar al bebé encima de nuestro pecho mirándonos a la cara. Muchos padres lo hacen de manera espontánea. Es un ejercicio buenísimo que además fomenta el apego emocional.
A partir de los cuatro o seis meses, si además el bebé ya está habituado, tendrá mucha mejor disposición para estar boca abajo bastante más tiempo. Ya tiene la habilidad necesaria para jugar en esta postura, darse la vuelta e incluso apoyarse con las manos para soportar su propio peso, un ejercicio que posteriormente le facilitará la habilidad de abrir y estirar los músculos de las manitas para poder coger y agarrar objetos.

Juegos que le ayudan

Conviene realizar los ejercicios que proponemos a continuación varias veces al día, cuando el bebé esté despierto, en periodos cortos de tiempo y siempre vigilado por los padres. Los mejores momentos son después del baño, durante el cambio de pañal y antes de la toma. Al principio basta con mantenerle boca abajo un ratito, lo que aguante. Si no está a gusto y comienza a protestar, lo dejaremos. No es cuestión de que pase un mal rato.
  • Nos ponemos a su nivel para que nos vea bien la cara, así podremos llamar su atención hablándole, cantándole o haciendo muecas divertidas. Esto le obligará a erguir su cabecita y mirarnos.
  • A partir del quinto o sexto mes, colocamos un espejo frente a él, el reflejo le sorprenderá mucho y hará que mantenga su cabeza erguida durante más tiempo.
  • Una vez adquirido el control de la postura, con apoyo en los codos, se le pueden acercar y ofrecer sonajeros y juguetes. De esta forma descubrirá que esta postura le da libertad y es más divertida.
  • Cuando ya se mantenga perfectamente sobre la tripa y las manos (eso será hacia los siete u ocho meses), le mostramos juguetes a derecha e izquierda para que se gire hacia ambos lados para cogerlos.

Prevenir o corregir la plagiocefalia

  • Los cambios de posición realizados precozmente y con constancia son muy eficaces y evitan la mayoría de las plagiocefalias.
  • La cirugía no suele ser necesaria si se siguen las recomendaciones de los pediatras.
  • Únicamente está indicada en los casos de deformidad craneal debida a craneoestenosis (cierre precoz de las suturas craneales) o en casos muy graves de plagiocefalia posicional.
  • Si los ejercicios han resultado insuficientes, es posible que la preferencia del pequeño por apoyarse sobre un lado se deba a una contractura de los músculos del cuello.
  • En estos casos, la rehabilitación consiste en hacerle ejercicios de estiramiento del cuello, cuya técnica deben enseñar y supervisar el pediatra o el médico rehabilitador infantil.




Autora: Luz Bartivas.
Asesora: Dra. Dorotea Blanco,
médico neonatólogo de hospital Gregorio Marañón de Madrid



5 de junio de 2013

Diez dudas sobre el higiene del bebé

Cuidados del bebé

 
 

¿Qué se necesita para el baño del bebé?

Cuanto más sencillo, mejor. En realidad, el agua sin más es lo mejor. La piel de un bebé sano no necesita productos adicionales: se le puede bañar solo con agua o, si utilizamos gel, hay que elegir uno con pH neutro específico para bebés. Si el recién nacido tiene la piel muy seca, se pueden añadir dos o tres gotas de aceite de germen de trigo al agua. También existen aceites de baño especiales. Necesitarás una esponja natural, que hay que cambiar a menudo para evitar hongos y gérmenes.
Es muy importante que todos los productos sean específicos para bebés.

 

¿Es necesario bañarle todos los días?

No, porque los bebés no se ensucian. El baño tiene un componente importante de juego y de relación del niño con papá y mamá, pero no es necesario bañarle a diario.
 
 

¿Cómo se cura un culito escocido?

Más vale prevenir la dermatitis del pañal que tener que curarla después. Cambiar los pañales a menudo y limpiar bien el culito con agua abundante previene las escoceduras. Si estás fuera de casa, las toallitas húmedas son bastante prácticas. Conviene tomar una serie de medidas preventivas ante el menor signo de enrojecimiento: utilizar una crema protectora, dejarle con el culito al aire durante algunos ratos, cambiar los pañales muy a menudo y no permitir que la zona permanezca húmeda. También es importante secar completamente al bebé después del baño.

 

¿Cuánto tiempo debe durar el baño?

La piel del bebé solo tiene una quinta parte del grosor de la piel de un adulto, por lo tanto es muy sensible. El baño no debe durar más de diez minutos hasta que cumpla el año. La temperatura del agua no debe superar los 36 grados y no es necesario bañarle más que una o dos veces por semana. Los niños mayores de un año pueden quedarse más tiempo en el agua.
 
 

¿Qué puedo hacer contra la costra láctea?

  • La gruesa capa pegajosa de caspa que se forma en la cabeza de muchos bebés no es muy estética pero tampoco motivo para preocuparse. Es completamente inofensiva y solo permanece hasta que las glándulas sebáceas funcionan correctamente. Para eliminarla es bueno masajear el cuero cabelludo del recién nacido con un cepillo de cerdas muy blandas.
  • Cuando aparece, un poco de aceite infantil extendido sobre el cabello con un suave masaje todas las noches permitirá ablandar y suavizar las escamas. Poco a poco, irán cayendo en los lavados. Si la costra persiste, conviene consultar al pediatra, que recomendará un producto específico.


¿Porqué tiene espinillas mi bebé?

Las espinillas se producen debido a las hormonas maternas que aún están en el organismo del recién nacido. Durante el embarazo, las hormonas de la madre se transmiten al feto y tras el parto comienzan a eliminarse paulatinamente. Hasta que este proceso no termina, pueden aparecer una y otra vez nuevas espinillas. No se deben estrujar y lo único que hay que hacer es esperar hasta que desaparecen por sí solas.


¿Cómo cuido el pelo del recién nacido?

Los bebés no necesitan champú. Su pelo es tan fino que al bañarlo queda limpio y bien cuidado. Solo cuando el pelo empieza a crecer con más abundancia conviene comprar un champú especial para niños.


¿Cuál es la temperatura ideal para el cuarto del baño?

Es importante que el lugar en el que bañas al bebé esté calentito, al menos a 25 grados. Si pones cerca del cambiador una fuente de calor ten cuidado, porque con el calor los bebés a veces se relajan tanto que empiezan a hacer pis y se puede manchar.


¿Cómo le corto las uñas?

Lo ideal es esperar una semana antes de hacer la primera manicura, aunque si al niño le han crecido mucho las uñas antes de nacer y se araña mucho, se las podemos cortar ya desde el primer día. Hay que utilizar tijeras especiales para bebés, pequeñitas y con las puntas redondeadas. Conviene hacerlo cuando el peque esté tranquilo (sin hambre, sueño o gases). Un buen momento es a continuación del baño, porque las uñas están más blandas. Cuando el niño es muy nervioso, lo mejor es esperar a que se quede dormido.


¿Cómo cuido los oídos y los ojos?

  • En principio, los ojos no necesitan cuidados especiales. Es suficiente con pasar cuidadosamente por los párpados un trocito de algodón o una gasa empapados en agua (sin jabón), sin friccionar.
  • Después se seca el ojo con un gasita, dando pequeños toques. Se deben usar gasas y algodones diferentes para cada ojo.
  • En cuanto a las orejas, hay que limpiar solo lo que se ve. Con una gasa humedecida en agua se lava la parte externa de las orejas por delante y por detrás. Después seca muy bien.
  • La cera que asoma al exterior se puede arrastrar con una gasa seca enrollada. No se debe introducir nada en el oído: lo único que haríamos es empujar la suciedad hacia el interior. Además, podríamos dañar el conducto auditivo.



Protector SOLAR para los bebés

     

Protectores solares para niños y bebés 2013


Tratamiento para el sol de los más pequeños

Al contrario de lo que se pueda pensar, un cielo nublado deja pasar los rayos UVA y UVB del sol. Solamente detiene los rayos infrarrojos, por eso no sentimos sensación de calor pero podemos llegar a quemarnos. La piel de los más pequeños se puede ver muy afectada por esta circunstancia.
Asimismo, nos olvidamos a menudo que la luz visible y los rayos ultravioletas del sol pueden alcanzar la piel humana también indirectamente, al reflejarse sobre diversas superficies: sobre el agua un 20%, sobre la hierba un 10%, sobre la nieve un 85% y sobre la arena de un 15 a un 25%.
Por esta razón, es importantísimo que protejas tu piel y la de los más pequeños, ya que sin querer podréis sufrir daños.

Para que el bebé disfrute del sol sin peligro

La delicada piel de los bebés y de los niños es la que más sufre en el verano. Dermus, la Asociación de Clínicas privadas en Dermatología, aconseja seguir una serie de cuidados que ayudarán a que los peques puedan disfrutar del sol sin peligro:
  • No se debe exponer al sol a un niño menor de 3 años.
  • No exponerse al sol entre las 12h y las 16h.
  • No olvides proteger a los pequeños con camiseta, sombrero y gafas, además de la protección solar.
  • Utiliza una protección adaptada al tipo de piel de los niños: resistente al agua, a la arena y con una alta tolerancia.
  • Aplica siempre el producto 30 minutos antes de salir a la calle.
  • Vuelve a aplicarlo cada 2 horas y después de cada baño.
  • Insiste sobre todo en espalda, rostro, nariz, orejas y nuca.
  • Protege a los pequeños en todas las actividades al sol.
  • No olvides que beban agua de forma regular, para evitar que se deshidraten

Llega el verano.... la hidratación del bebé

¿Qué productos elijo para la hidratación de mi bebé?

Escoge productos para bebés ya que están hechos específicamente para su epidermis, todavía inmadura. Los productos para los adultos son, por lo general, demasiado agresivos para ellos, incluidas las cremas hidratantes.

La fórmula de estos productos corporales tiene que ser hipoalergénica y sencilla y tener un PH neutro. En general, están enriquecidos con manteca de carite, caléndula, aloe vera o aguas termales. Si la piel de tu hijo es muy seca puedes utilizar productos de cold cream, que resultan ser un agente activo hiper hidratante, incluso en verano.

Si hace calor: refresca a tu bebé


 Ten siempre a mano un vaporizador de agua previamente enfriado en la nevera. Refresca a tu bebé todo el tiempo gracias a estos artilugios de venta en grandes superficies y que tanto les gustan en general.
Otra opción es humedecer un guante de baño y pasárselo por todo el cuerpo para provocarle una sensación de frescor inmediata.
Si tienes jardín, compra una pequeña piscina hinchable, ideal para que tu bebé chapotee y se refresque, poniendo siempre mucha atención y no dejándolo nunca solo. Ponle una gorra para que los reflejos del sol en el agua le incidan lo menos posible.

Házle beber agua regularmente

 En verano es importante que beba mucha agua. Todavía no tiene el reflejo de pedir agua cuando tiene sed, por lo que tienes que ofrecerle con cierta frecuencia. No existe ninguna regla de cuánto tiene que beber pero debe hacerlo varias veces a lo largo del día. También puedes ponerle leche fría en su biberón, que es igualmente sano.

En casa

 Para evitar que el calor de la calle se meta en casa deja las ventanas cerradas. Si quieres puedes poner un ventilador, pero que nunca le llegue el aire directo al bebé. Facilítale que pueda respirar cómodamente, así que no lo acurruques en tus brazos o lo lleves sistemáticamente en el carrito. En definitiva, déjalo tranquilo para que no se revolucione y pueda transpirar. Si hace mucho calor déjalo solo con el pañal, incluso si es un recién nacido.

Protege al bebé del sol


 El sol es un enemigo para el pequeño así que, estés en la playa o no, ¡échale crema protectora! Tiene que ser una especial para bebés y, si le vas a bañar, también resistente al agua. ¡Terminantemente prohibido ponerlo al sol entre las 12 y las 4 de la tarde. Aprovecha ese rato para que duerma la siesta!
No olvides ponerle gafas de sol. Sus ojos son muy sensibles a la luz solar y corre el riesgo de que le deje secuelas de por vida.
Finalmente, ponle un gorrito que evite su insolación y que, a su vez, le proteja la cara.

Atención a las horas de más calor


 Hay que prestar especial atención a las horas en las que se sale a la calle. No te vayas a dar un paseo cuando haya más de 30ºC: incluso aunque el sol no incida directamente sobre el bebé, ya que aunque pienses que está protegido dentro del capazo, es peligroso puesto que éste se recalienta. Lo mismo para el carrito: cuanto más cerca vaya del suelo más notará el calor que despide el asfalto. Evita coger el coche, que a esas horas será un horno, y opta mejor por paseos por el bosque o a lo largo de algún riachuelo donde la temperatura baja sensiblemente.

Hidratar la piel del bebé cuando hace calor

 Para conservar la suavidad de la piel de tu bebé, en verano debes hidratarla continuamente. Además de la acción hidratante, los cuidados básicos penetrarán en la piel y la enriquecerán, protegiéndola de agresiones externas, como el calor.
Échale crema sistemáticamente; después de asearle y cada vez que vayas a salir de casa: crema de día para la cara y las manos y leche corporal para el resto del cuerpo.


2 de junio de 2013

Diez cosas que hacen féliz al bebé

¿Por qué a los niños les encanta estar desnudos? ¿Por qué siempre quieren estar con mamá? No es casualidad que los bebés disfruten con estas cosas: todas ellas cubren sus necesidades o les ayudan a expresarse.
        

Observar a nuestro hijo y respetar lo que le agrada es una forma de alimentar nuestra relación y hacer feliz al pequeño. Estas son diez cosas que a los bebés les encantan.

1. Estar desnudo

Hay niños que solo necesitan quitarse la ropa y el pañal para calmarse. En los bebés existe una permanente conexión cuerpo-emoción y, a falta de palabras, su cuerpo expresa todas sus emociones. Por eso lo necesitan lo más libre de ataduras posible.
Desnudos, los pequeños se muestran más receptivos y expresivos. Además, las sensaciones no llegan igual con ropa que sin ella. Y puestos a explorar, cuantos menos intermediarios entre ellos y el mundo, mejor.

2. Estar arropadito

Le recuerda su estancia en el útero materno, cuando toda su piel estaba en contacto con esas paredes que le abrazaban y protegían. Las primeras semanas de vida muchos bebés se sienten muy a gustito cuando los envolvemos, les encanta estar recogidos y tener mucha zona de contacto. Poco a poco se sienten más seguros en su nuevo medio y empiezan a tomarle gusto a moverse con más libertad.

3. La piel de mamá

El abrazo de una madre es la mejor solución para casi cualquier problema. Muchos estudios demuestran que el contacto directo piel con piel entre la madre y el hijo equilibra la temperatura corporal del bebé, su ritmo cardiaco y le ayuda a liberar endorfinas y oxitocina, la hormona del amor. Y no solo le beneficia a él: nosotras liberamos las mismas hormonas.
El contacto con nuestra piel relaja el sistema nervioso del bebé (expuesto continuamente a estímulos) y favorece nuestra relación con él. Los dos nos sentimos cercanos y amados.

4. El ruido monótono

Los sonidos monótonos (el del motor, la lavadora o incluso el secador) recrean en muchos bebés los ruidos de nuestro cuerpo, con los que crecieron sus primeros nueve meses de vida intrauterina y les relaja. Son ruidos que, además, se presentan como amortiguados, igual que los que el pequeño escuchaba en nuestro vientre.

5. La música

  • La música es un estímulo para su aprendizaje: sus tonos graves y agudos estimulan las conexiones neuronales del bebé, reorganizan su cerebro y según el tipo (clásica, moderna...) le apoyan de una u otra manera.
  • Los sonidos armónicos, en los que predominan los tonos agudos, predisponen al bebé para el aprendizaje.
  • La melodía de tonos más graves (también puede ser clásica) le relaja. Nuestras mismas voces son música para él: más aguda la de mamá, más grave la de papá.

6. El olor de mamá

Muchos bebés con dificultades para dormir se relajan cuando ponemos en su cunita una prenda nuestra. El olor de sus padres es lo primero que capta el bebé al nacer. El olfato está ligado a la supervivencia, y reconocer nuestro olor al nacer es vital. Si no lo hace, ¡el bebé está perdido! Aún no ve bien, pero sin embargo sí nos puede reconocer por el olor. Nuestro regazo es uno de los lugares más confortables para el pequeño, se siente muy seguro con nuestro olor.

7. Un paseo por la calle

Muchos niños, cuando están en casa, requieren más atención que en la calle, lloran más... Y nosotros no lo entendemos porque no apreciamos la diferencia, pero no es lo mismo el aire en movimiento que el aire estancado de una casa. Los sonidos tampoco son los mismos, ni la paleta de olores. El oído y olfato de nuestro bebé están muy desarrollados al nacer y, a menos que sea hipersensible, no hay mejor lugar que la calle para entretenerse con decenas de nuevos olores, y esos maravillosos sonidos, que tanto gustan al bebé. Estar fuera de casa alimenta la parte más aventurera del pequeño.

8. Chuparlo todo

La boca es "el tercer ojo" del bebé: en esta etapa le ayuda a conocer el mundo que le rodea, incluso más que sus propios ojos. Al chupar, el niño reconoce los objetos por su sabor, textura, densidad, peso... Información que la simple mirada no puede aportar.
Los dos primeros años de vida la boca se comporta como un gran escáner que le permite generar, dentro de su cerebro, la imagen que hay fuera.

9. El balanceo

  • Es un movimiento monótono y rítmico que conecta con la seguridad y el equilibrio, en todos los sentidos.
  • Por un lado, el balanceo trabaja sus conexiones neuronales más profundas.
  • Por otro, los ritmos predecibles y monótonos conectan con la estabilidad del niño. El bebé se va confiando, y cuanto más conocida es la situación o el ritmo más se relaja, más endorfinas libera, más se adapta al entorno.

10. La voz de mamá

La voz de mamá es otro de esos elementos que lo son todo para nuestro bebé: contiene música, tonos altos que estimulan el aprendizaje y, sobre todo, la intención y el deseo de comunicarnos con él. Así lo percibe y, en cuanto es capaz de emitir gorgoritos, nuestro pequeñín nos los dedica todos.
Cada vez que le hablamos, el bebé registra numerosas emociones que son las que, un poco más adelante, le mueven a desear aprender a hablar. Comunicarse con nosotros es su principal pasión.

Autora: Desiré Coronado.
Asesora: Ana María Fernández Fernández, matrona y directora del centro profesional de preparación al parto Mi Matrona, en Málaga